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Inclusión educativa en el nivel educativo secundario: Transformando Muros en Puentes

  Lic. Ma. Guillermina Alonso

Actualmente, las políticas educativas, a través de la legislación, favorecen la inclusión escolar y nos exigen repensar y replantear nuestra práctica cotidiana. Nos enfrentan a la búsqueda de variadas propuestas a realizar, efectuando una constante revisión crítica de nuestra labor.

Las leyes, desde las más amplias convenciones internacionales hasta las resoluciones ministeriales locales, forman el marco que habilitan los cambios, para sostener y poner en un plano de equidad a todos, en el terreno de los derechos.

A nivel internacional: 

• 1948 Declaración Universal de los Derechos Humanos. En el Art. 26: “Toda persona tiene derecho a la educación”.
• 1959 Declaración de los Derechos del Niño.
• 1968 Informe de UNESCO, llama a la igualdad de oportunidades para acceder a la educación y la integración de todos los ciudadanos en la vida social y económica.
• 1978 Informe Warnock da impulso a la educación especial.
• 1990 Declaración Mundial “Educación para Todos” y de esta manera lograr la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje.
• 1993 Conferencia mundial sobre “Derechos Humanos”. El principio de igualdad de oportunidades de educación en los niveles primario, secundario y superior.
• 1994 Conferencia Mundial sobre “Necesidades Educativas Especiales. Acceso y Calidad” La inclusión se generaliza como principio de política educativa.
• 1996 Año internacional contra la Exclusión. 
• 2006 La convención sobre los derechos de las personas con discapacidad 

A nivel nacional 

• 1853 y su reforma 1994 La Constitución Nacional Art. 14: derecho de enseñar y aprender.
• 1993 Ley Federal de Educación toma la Integración Educativa y las Necesidades Educativas Especiales. 
• 1995 Creación del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo INADI.
• 1997 Ley de Discapacidad Nº 24.901 establece un Sistema Único de Prestaciones Básicas para Personas con discapacidad.
• 1998 El Acuerdo Marco para la Educación Especial normatiza la Integración Educativa.
• 2005 La Ley 26.061 de Protección Integral de Los Derechos de Las Niñas, Niños Y Adolescentes
• 2006 La Ley de Educación Nacional Nº 26.206, donde además de definir a la Educación Especial se declara la obligatoriedad del nivel secundario.
• 2011 y 2012 Las Resoluciones del Consejo Federal de Educación que promueven las modificaciones organizativas, institucionales, pedagógicas, didácticas y del trabajo docente en función de las inclusiones escolares.
• N° 155/11 “Documento de la Modalidad Especial”, estableciendo las políticas de la misma  y su vinculación con los diferentes niveles educativos del sistema.
• N° 174/12 “Pautas federales para el mejoramiento de la enseñanza y el aprendizaje y las trayectorias escolares, en el nivel inicial, nivel primario y modalidades”.
• N° 311/16: “Promoción, acreditación, certificación y titulación de estudiantes con discapacidad”.

A nivel provincial

- 1993 Decreto Provincial N° 2679 “Reglamento para los Servicios Educativos de la Modalidad Especial.” 
- 2009 Ley 12967 “Promoción y Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes”
- 2010 Decreto Provincial N° 2703 “Pautas de organización y articulación del Proyecto de Integración Interinstitucional de niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad”.
- 2012 Resolución Ministerial N° 808 “Pautas de acreditación en el marco de un Proyecto de Integración Interinstitucional, de las Trayectorias Educativas Individualizadas de alumnos con discapacidad en la escuela secundaria”. 
- 2019 Decreto provincial N° 3467 “Pautas para la confección de los certificados analíticos de estudiantes con discapacidad que realicen su trayectoria con un Proyecto Pedagógico para la inclusión” a partir de la promoción 2017 en todos los establecimientos de la educación pública de gestión estatal o privada. En replicas relojes el mismo se establecen las pautas para realizar el informe de desarrollo de capacidades, saberes específicos y competencias adquiridas complementario al certificado analítico. 

La inclusión formal, sostenida por proyectos que involucran a las escuelas de modalidad común y especial de alumnos con discapacidad en el nivel secundario, cuenta con muy pocos años de práctica concreta. A través de la sanción de la Ley de Educación Nacional N° 26.206/06, se promulgó la obligatoriedad legal del nivel secundario completo. Años después, una serie de resoluciones provinciales regularon, de manera más minuciosa, las trayectorias educativas en el nivel secundario y la implementación de trayectos y proyectos de inclusión. La forma de evaluar y acreditar los saberes de estos alumnos se ha decretado hace solo unos meses.

El pasaje del nivel primario al secundario conlleva un cambio importante en la vida de los alumnos, de sus familias, de sus equipos terapéuticos e implica un desafío para cada institución escolar.

Las diferentes condiciones escolares del nivel se podrían llegar a considerar verdaderos muros obstaculizadores en el desarrollo educativo de los jóvenes con discapacidad. Sin embargo, a lo largo de la experiencia, se ha podido advertir que podrían también convertirse en herramientas constitutivas de la propia inclusión.

- Nuevos compañeros, cambio de grupo de pares.
- Docente Integradora en contraturno a la jornada escolar.
- Profesores diferentes para cada asignatura.
- Contenidos de materias diseñados por cada profesor y no plasmados en los NIC (Núcleos Interdisciplinarios de contenido) de cada grado.
- Existencia de tutores, preceptores, celadores, etc.
- Selección de modalidad o terminalidad.

El cambio de grupo de pares, en algunos casos, promovería la generación de nuevos vínculos y la presentación en un círculo social diferente. Generalmente, el joven comienza el primer año inscribiendo una historia renovada, presentándose con una imagen libre de ciertos estigmas o preconceptos con los que pudo haber transitado en el nivel primario.

En este nivel, en la mayoría de los casos, se sugiere que los jóvenes dejan de contar con la docente de apoyo a la integración dentro del aula y realizan su asistencia a la jornada escolar sin acompañamiento. Se enfrentarían a la necesidad de adquirir los recursos necesarios para valerse de manera autónoma y generar competencias de autovalimiento.

En cuanto a los referentes curriculares, la variedad de profesores con miradas diferentes favorecería que los alumnos con dificultades se apropien del nuevo espacio académico. Se deja atrás a la docente titular, el seguimiento de una o dos maestras y se convive ahora con más de 10 adultos que entran y salen del salón. Cada uno de ellos con personalidades y tratos distintos.

Estos profesores, por lo general, han diseñado su asignatura y cuentan con los elementos para poder seleccionar los contenidos mínimos y prioritarios de su materia. En este nivel no existen los NIC, por lo tanto, las configuraciones de apoyo surgirían de manera espontánea y se implementarían con libertad.

Los profesores estarían avocados a las demandas exclusivamente académicas y curriculares dentro del aula, ya que existe, en la mayoría de las instituciones, otro recurso humano que atendería a las relaciones vinculares, dificultades personales, familiares y desenvolvimiento conductual de cada uno de los alumnos. Estos son los tutores y preceptores, quienes replicas de relojes abordarían a través de ruedas de convivencia, entrevistas y talleres grupales, las dificultades de relación que podrían llegar a aparecer. Se encuentran en permanente contacto con los profesores y con los demás actores institucionales del nivel.

Luego del 3° año, los alumnos deben elegir la terminalidad del nivel. En ese momento, se ponen en juego los intereses de los jóvenes hacia determinadas áreas. La especificidad de ciertas materias lograría sintonía con los  gustos particulares de cada alumno y se reflejaría, generalmente, en la calidad de su rendimiento.

La inclusión de miles de jóvenes en el nivel secundario interroga los modos de estar y aprender en la escuela. Sin embargo, dicho nivel se encuentra en permanente crecimiento y, con apertura, logra alojar a una creciente cantidad de alumnos que se animan a transitarlo.

Las condiciones con las que cuenta intrínsicamente la escuela secundaria favorecerían el tránsito escolar de los alumnos con algún tipo de discapacidad.

Nuestros pacientes van creciendo, las políticas educativas tienden a abrir las puertas a la educación, es nuestro deber acompañar, construir y andamiar estos nuevos desafíos sociales y académicos. 

María Guillermina Alonso

Colegio de Fonoaudiologos de Rosario